diumenge, 10 de febrer del 2019

SASSI DE MATERA. BASILICATA. ITÀLIA. 181128



MATERA

Los sassi, antiquísimas viviendas excavadas en la toba volcánica. Un profundo barranco atravesado por un torrente. Tejados que sirven de suelos a nuevas viviendas en niveles superiores. Una densa red de callejones y la impresión de estar paseando por un pesebre de cartón... 

La zona estaba ya habitada en el Paleolítico, momento en el que se establecieron los primeros asentamientos en las grutas de calcarenitos de la montaña. El ecosistema humano, perfectamente integrado en el ambiente natural circundante se ha perpetuado a lo largo de los siglos adaptándose a los distintos períodos históricos: desde las primeras viviendas subterráneas, hasta las sofisticadas estructuras urbanas sucesivas, construidas con material proveniente de las excavaciones. Es un excepcional ejemplo de uso responsable de los recursos naturales.

El territorio de Matera, precioso hasta merecer el apelativo de Segunda Belén, ha impresionado a lo largo de los siglos a escritores, artistas y directores, como Mel Gibson que la eligió como lugar donde rodar su película “La Pasión de Cristo”.

Con una historia que se remonta a la época Paleolítica, la ciudad italiana de Matera, en la sureña región de Basilicata, ha sido elegida como Capital Europea de la Cultura para 2019, con lo que se le reconoce su sistema de vida eco-sostenible.

Pero apenas hace medio siglo Matera era todavía considerada la “vergüenza de Italia”, porque sus habitantes vivían en cuevas “acondicionadas” como casas, tal y como lo habían hecho durante siglos.

Los “materanos” fueron desalojados por la fuerza del centro histórico para ser transferidos a nuevos departamentos en la periferia de la urbe. Fue muy difícil mudarlos a todos a casas de material, ya que estaban habituados a vivir en viviendas cuyo costo equivalía al de un martillo y un cincel. 

Antes de que fuera declarada Patrimonio de la Humanidad, el escritor Carlo Levi describió a Matera en su novela “Cristo”.
Donatella D'Angelo, experta en bienes culturales reconoció la simbiosis perfecta entre arquitectura y naturaleza: “El equilibrio entre la intervención humana y el ecosistema muestra una continuidad de más de nueve milenios, durante los cuales partes del poblado incrustado en la roca fueron adaptadas gradualmente a las necesidades crecientes de los habitantes”

En nuestro recorrido, vamos a encontrar... una especial “chiesa” rupestre llamada Madona de Idris. Está tallada en la roca, conformando una cueva, porque la montaña es de piedra caliza y por eso todas las construcciones son hacia el interior buscando otra roca más dura en el centro de la gruta. El fresco de la Virgen está en el altar de la iglesia. Dentro de ella hay otra iglesia aún más antigua también con frescos, que bien merece ser visitada.


Del llibre de viatge PUGLIA CREATIVITY. Mari Carmen Aymar




UN PAISATGE ÚNIC...














































































































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